Cuando hablamos de eficiencia energética en los edificios siempre tenemos que tener en cuenta uno de sus puntos clave, el aislamiento térmico. Tan solo con un buen aislamiento térmico podemos mejorar la certificación energética del edificio o vivienda.
Aunque este concepto ya se tiene en cuenta a la hora de diseñar nuevos edificios, al analizar edificaciones con más de 30 años observamos que el gasto energético es elevado. Por ello, recomendamos para estos edificios realizar rehabilitaciones térmicas. Mejorar el aislamiento es la propuesta más eficaz, a la vez que sencilla y económica, de bajar ese gasto.
Diferentes estudios demuestran que la mejora del aislamiento supone un importante ahorro en consumo de energía, de entre un 20% y un 50%, además de contribuir a disminuir en un 30% las emisiones de dióxido de carbono.
Este ahorro se debe a la disminución de necesidades energéticas de la vivienda como calefacción y climatización. Esto se traduce para el usuario de la vivienda en un mayor ahorro económico.
Cómo mejorar el aislamiento térmico
Para mejorar el aislamiento térmico hay que tener en cuenta distintos puntos del edificio como paredes y muros, cubiertas, suelos o ventanas. Por otro lado, también se puede actuar sobre los equipos y redes de tuberías de paso de agua caliente aislándolos convenientemente también para conseguir contribuir al ahorro energético.
Existen muchos materiales que se utilizan como aislantes térmicos como por ejemplo el corcho, la lana o el poliestireno. Tras varios estudios no se considera a ninguno de estos materiales como el aislante ideal, dependiendo así, del lugar donde lo tengamos que colocar y del presupuesto que tengamos, la elección de uno u otro.
Pero se podrían clasificar según el resultado que busquemos. Para un mejor resultado en cuanto a eficiencia técnica, lo más idóneo son materiales de origen orgánico u otros como la lana de roca, en cambio, para un mejor resultado energético lo son el corcho u otras fibras que contribuyen a un mayor ahorro energético y a un menor impacto ambiental.
Otro de los puntos clave para la mejora del aislamiento térmico son las ventanas. Este es el punto térmico con mayor pérdida de una edificación, tanto en temporadas de frío como de calor. Con una mejora de este punto se puede reducir estas pérdidas hasta un 25%.
Hay empresas que proponen soluciones novedosas que se adaptan a la mejora de la eficiencia energía. Estas propuestas logran aumentar la capacidad de los vidrios hasta un 80% respecto del vidrio simple. Además, proponen soluciones de control solar, para evitar el calentamiento de las estancias en las épocas de mayores temperaturas, reduciendo el uso de aire acondicionado.
Por ello, invertir en reformas para mejorar el aislamiento de los edificios se verá traducido en un ahorro en las facturas de las viviendas.